Inicios de la imprenta
en Santo Domingo
Por Maria Del Mar.
Actualmente
la imprenta juega un rol muy importante en la sociedad pues permite la difusión
del conocimiento pero cómo llega este vital instrumento a República Dominicana,
veamos.
Existen
muchas dudas sobre en qué fecha específicamente llega al país la imprenta. Muchos
estudiosos de la materia opinan que fue en el año 1800, ya que existen pruebas
de estas impresiones, sin embargo otros dicen lo contrario, que ya para 1783
existía una imprenta.
Cabe
destacar que en las colonias de España en América era muy difícil la impresión
de escritos debido a la censura impuesta por el gobierno, de la única forma que
legalmente se podía era si se poseía un permiso del
Consejo de Indias además se debían entregar 20 ejemplares.
Sin embargo, un historiador francés, residente en
Martinica, Mederico Luis Elías Moreau de Saint-Mery, en su libro “Descripción
de la parte española de la Isla de Santo Domingo”, publicado en 1791, expone
que en Santo Domingo había una imprenta en 1783 instalada en el Palacio de
Gobierno, donde está hoy el Museo de las Casas Reales. Además exponía que la
imprenta solo se empleaba para la impresión de hojas, roles estados y otras
piezas del mismo género, para los diferentes ramos de la administración
colonial.
Pedro Henríquez Ureña, intelectual, crítico, escritor
dominicano, dice "En la imprenta citada por Saint-Mery, debieron
imprimirse la oración fúnebre sobre Cristóbal Colon, del Arzobispo Portillo en
1795 y de igual forma los Estatutos de la Universidad de Santo Tomás de Aquino.
Del mismo modo, otro francés de apellido Padrón en su libro
“Memoria Descriptiva de la parte española de Santo Domingo” publicada en 1796,
nos aporta el interesantísimo dato de que en el año 1796, nos llega desde
Francia la imprenta, por una Comisión francesa que vino a documentar la toma de
posesión de Santo Domingo, ya que España le había cedido la parte española a
Francia a través del Tratado de Basilea de 1795.
Historiadores niegan la veracidad de estos hechos debido a
la inexistencia de pruebas contundentes debido a la mala calidad de la tinta y
el papel, el traslado a Cuba de los documentos nacionales, luego de la paz de
Basilea, y por último, la fuerte censura.
Por otro lado, el francés Andrés Josef Blocquerst tenía un
taller tipográfico donde se imprimieron las publicaciones más antiguas del
país. Blocquerst se denominaba a sí mismo como “impresor del gobierno” de Luis Ferrand.
En el taller tipográfico de Blocquerst se imprimieron, La Novena
piadosa que data de 1800, considerado como el primer impreso.
Este se utilizó como instrumento por parte de la Iglesia para reforzar su
campaña de reclutamiento de nuevos fieles. Además se imprimió la Novena del
Amparo para que sus devotos le pidan sus plegarias ante su imagen, venerada en
la iglesia de Santa Bárbara.