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La primera regla consiste en considerar los hechos sociales como cosas.
El
hombre no puede vivir en medio de las cosas sin hacerse de ellas
ideas según las cuales reglamente su conducta. Como estas
cosas están más cerca de nosotros y
más a nuestro alcance que las realidades a la que corresponden, tenemos
naturalmente a suprimir a estas últimas y hacer de aquellas la materia misma de
nuestras especulaciones. En vez de observar las cosas, describirlas,
compararlas, nos contentamos con tomar conciencia de nuestras ideas,
analizarlas y combinarlas. Podemos apelar a los hechos para confirmar estas
ideas o conclusiones.
Segunda
Regla Alejarse sistemáticamente de todas las premoniciones. Constituye la base
de todo método científico. La duda metódica de Descarte no es más que una
aplicación de ella. Si, en el momento de fundar la ciencia, Descarte se impone
como ley la puesta en duda de todas las ideas que ha recibido anteriormente, es
porque no quiere emplear más que conceptos científicamente elaborados.
No se
pueden tomar nunca como objeto de investigaciones más que un grupo de fenómenos previamente
definidos por ciertas características exteriores que le son comunes, e incluir
en la misma investigación todos los que responderán a dicha definición.
En la
práctica siempre se parte de concepto vulgar y de la palabra vulgar. Se busca
si, entre las cosas que connota confusamente esa palabra, las hay que
presentan características exteriores comunes. Si las hay y si el concepto
formado por la agrupación de los hechos
aproximados de esta manera
coinciden, si no totalmente (lo cual es raro), por lo menos en su mayor parte,
con el concepto vulgar. Podemos seguir designando al primero con las mismas
palabras que al segundo y conservar en la ciencia la expresión empleada en el
lenguaje corriente. Pero si la desviación es demasiado considerable, si la
noción común confunde una pluralidad de nociones distintas, se impone la
creación de términos especiales.
Reglas
relativas a la distinción entre lo normal y lo patológico: La observación con
las reglas anteriores confunden dos órdenes de hechos, muy diferentes en
ciertos aspectos: los que son todos los que deben ser y los que deberían ser
diferentes de los que son, los fenómenos normales y los patológicos.
1 Un
hecho social es normal para un tipo social determinado, considerado en una fase
determinada de su desarrollo, cuando se produce en el promedio de las
sociedades de estas especies, consideradas en la fase correspondiente de su
evolución. Se
puede comprobar los resultados del método anterior mostrando que la
generalización del fenómeno depende de las condiciones generales de la vida
colectiva en el tipo social considerado.
3. Esta
comprobación es necesario cuando ese hecho se relaciona con una especie social
que no ha efectuado aún su evolución integrar.
Reglas relativas a la constitución de los
tipos sociales
Un
hecho social sólo puede ser calificado de normal o anormal en relación con una
especie social determinada, lo que antecede implica que una rama de la
sociología está consagrada a la
constitución de esas especies y a su clasificación. Y nos dan la ventaja de
proporcionarnos un término medio entre las dos concepciones contrarias de la
vida colectiva que se han repartido durante mucho tiempo los espíritus; refiriéndose
al nominalismo de los historiadores y al realismo extremado de los filósofos.
Durkeim
rechaza el individualismo y el nominalismo
al sostener que los hechos sociales no pueden reducirse a hechos individuales,
atribuyo la realidad social definitiva, entendió que la sociologia es el
estudio de los hechos sociales y que la naturaleza de este estudio está
determinado en particular por su misma materia y por ello no pueden ser
descubierto por las investigaciones psicológicas, por ser estas exteriores al
individuo y al mismo tiempo, moldean las acciones humanas de una manera inevitable
y significativa.
Comentarios:
Para
Durkeim la sociología es un estudio, cuya naturaleza está determinada en parte
por su misma materia, y en este orden, consideró que los hechos sociales pueden
descubrirse de dos maneras:
1. Por
su poder de coacción sobre los individuos, evidenciado con frecuencia, en las
sanciones aplicadas a diversos tipos de conductas.
2. Por
su difusión general dentro del grupo.
Planteo
que el estudio de los hechos sociales no puede confiarse al discutible método
de la introspección, ya que nadie puede estar seguro de las ideas de las cosas
corresponden a las cosas mismas por lo que es de opinión que el sociólogo debe
buscar la objetividad cuando estudia la sociedad, suponiendo, como el
naturalista, que quizás está entrando en el reino de lo desconocido y lo inexplorado.
Durkheim
considera que al principio de su investigación, el sociólogo debe acercarse a
los hechos observando los fenómenos suficientemente externo para ser
inmediatamente visibles, tales como la afiliación religiosa, la situación
marital, el índice de suicidios, la ocupación económica etc.
Se
refirió también a la acción social que según el es una manera de obrar, de
pensar y de sentir, externas al individuo en cuya virtud se imponen a el. De
esta manera puede significarse que este autor no busca las características de
la acción social como lo hace Max Weber, en los estados subjetivos de las personas, sino más bien en una realidad
externas a las personas, realidades que constriñen a estas.
Durkheim
se basa en dos criterios "objetivos" para determinar el carácter
social de la acción humana: "la exterioridad de la manera de obrar, de
pensar y de sentir con respecto a las personas" y "la coacción que
estas últimas sufren por parte de aquellas".
Es
importante destacar de Durkheim su teoría de las" dos conciencias". Una
de ellas, la conciencia colectiva que está constituida por el conjunto de
manera de obrar, de pensar y de sentir que integran la herencia común de una
sociedad dada.
La
conciencia colectiva es el tipo "psíquico" de una sociedad
determinada, al mismo tiempo que le confiere sus características distintivas y singulares.
La
conciencia individual comprende lo que cabría en denominar el universo privado
de cada persona; sus rasgos caracteriales o temperamentales, su herencia sus
experiencias personales, que hacen de ella un ser único, singular. La
conciencia individual es también la autonomía personal relativa de que goza
cada individuo en el uso y adaptación que puede hacer de las maneras colectivas
de obrar, de pensar y de sentir.
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