Santo Domingo, Distrito Nacional

Martes 7 de abril 2020.

Estimados estudiantes:

Les escribo para felicitarlos a todos por la valentía que han demostrado y la entereza  en el cumplimiento de sus responsabilidades, sin importar las dificultades y los retos que la educación virtual han supuesto para muchos de ustedes.

Estoy muy orgulloso de sus buenos esfuerzos por seguir adelante con el proyecto más importante que ser vivo puede tener que es la educación universitaria a los fines de ser personas con capacidad de pensamientos elevados, críticos y a la vez reflexivos con una formación humana que les permitan transformar, no solo su realidad y condiciones materiales, sino también hacer del mundo un lugar mejor.

Les recuerdo que ustedes son seres únicos e irrepetibles, con cinco dones extraordinarios que están al servicio de su crecimiento y madurez intelectual y espiritual, sí, sus cincos sentidos que, si los agudizan serán grandes pensadores y excelentes profesionales.

El mundo que conocíamos hasta hace poco ha desaparecido, es mucho lo que está en juego a raíz de esta crisis del COVID-19,  pues lo que se está configurando en estos precisos instantes, mientras les escribo, es el destino y la supervivencia de la humanidad misma.

Resulta penoso que en esta situación de crisis la humanidad haya perdido la perspectiva y que lo que esté predominando en nuestro país y el mundo sea la explotación comercial de los ciudadanos, la gente común y que haya denuncias de que hasta los propios políticos estén auspiciando la corrupción en las compras de productos que son de urgencia nacional.

Sí, mis estimados estudiantes, siempre pensé que ante una situación como la que afrontamos en la actualidad lo mejor de la humanidad saldría a relucir, más este no es el caso al menos en la sociedad dominicana.

Sean valientes, mantengan la esperanza que hay uno que está por encima de toda esta podredumbre que estamos enfrentando, y de su justicia nadie quedará oculto. Recuerden, el mundo no es el mismo que conocimos y necesitamos de ustedes ese mismo valor y buena disposición para hacer del mañana un futuro promisorio, abran bien sus ojos, presten atención indivisa a los acontecimientos, no se dejen llevar por las sirenas de caminos que buscan distraerlos de la realidad objetiva, para que no los agarren desprevenidos, confíen que Jehová Dios no deja a sus hijos enteramente, ni a su descendencia mendigando.

Cuídense muchos junto a los suyos, y volveremos a iniciar nuestras actividades docentes después del feriado de la semana santa.  ¡Buena salud a ustedes!

Profesor Marcos Zabala.